Un día conocí el amor, conocí el amor y empecé a escribir poesía. Lo recuerdo porque estuve mucho tiempo después sin poder olvidarlo.
Y queriendo recordarlo cada vez que la vida me las daba de lado.
Cada vez que me caía
Me acordaba de su boca,
Cada vez que me hacían caer
Recordaba sus ojos.
Y así en cada dolor,
En cada caída,
En cada desilusión.
Después me di cuenta de que aquello no era amor, porque si alguien te quiere es capaz de arriesgarse a quererte a pedazos.
Pero,
Aún así,
Me gusta contar que una vez conocí al amor y que
Por eso escribo poesía.
Aunque aquello no fuera amor,
Ni esto sea poesía.